La marca de tus manos atraviesa mi pecho como un pequeño recuerdo que se irá borrando sin que lo quiera, al que tendrás que retocar de vez en cuando para no perderme el gusto de tenerte sobre mí comiéndote los labios, comiéndote los mio, me gusta que te guste y me gusta ser el dueño del mojado de tu entrepierna, quien le pone el nombre a tus lunares, me gustas tú y tu sexo.
Sexo, suena a vida, suena a ganas compartidas, a lamidas furtivas y noches en vela, suena al río que corre donde dos cuerpos sin ropa y con antojos se acomodan a un solo ritmo, a un solo baile a la música de dos pubis que pretenden fundirse hasta que huela a hueso, frotándote.
Frotándote empiezas, suavecito sobre tu calzón, guiando mi mano hasta el sitio exacto, donde te falta el aire, donde se tensan tus piernas con las mías y curvas tu espalda para empezar a desear, ¿qué? todo, debería importar un poquito más lo que piensan en ese instante, deberíamos intentar descubrirlo un poquito más, sin una palabra, mucho mejor.
Mejor así, el sexo que cuenta es aquel que no se puede contar, aquel que es infinito, aquel que cuando se recuerda se revuelve con cada encamada donde pareciera que tu vida entera ha sido en pelotas y dentro de ella.
Ella, la que con la mirada te dice tengo ganas y con un beso te provoca erecciones eternas, ella es la mujer que fue, la que esta, la que ha de venir, ella son todas, por que el sexo con todas debe ser bueno, si algo no lo es, no vale la pena hacerlo y menos perder sudor.
Sudor que me recorre y te recorre deslizándose por entre tus tetas como un arroyito, sudor que me arde en cada arañazo y cada vez me gusta más, sudor de los dos que refresca y me dice que ya te viniste sin preguntarlo, sudor que sabe al condimento que le pones a mi vida.
Vida que me das cuando pierdes tu ropita, vida que me quitas por un segundo ,
Empezar a descubrirte es lo que he hecho, cada día, cada instante sin ropa, es mi pretensión absurda por entenderte sexo, por esculcarte respuestas que no hacen falta para saber porque me gustas tanto.
Tanto es un intento tonto por borrarme un poco las sonrisas que dibujas en mi rostro cuando estas por venir, esas son tus ganas las que me hacen sonreír.
Sonreír es lo que me busco, el que a solas se ríe de sus picardías se acuerda.