Carta a ellas

A petición de las mujeres de este blog hoy hare un striptease.

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Un hombre se desnuda y algo le cuelga, pueden ser las tetas, puede ser la papada, puede ser la panza, sí, el pito también, pero a cierta edad, la barriga tapa eso, no, hoy no habrá striptease, aunque no desmerezco, pero un hombre normalmente  se desnuda y causa risa, una mujer se desnuda y podes tocar el cielo con solo mirarlas.

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Cielo el lugar perfecto para llevar a una mujer con una palabra que enamore, el lugar más duro para caerse cuando las palabras están de más.

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Siempre hará falta darles las gracias por el placer de su desnudez, por despojarse de ropas y miedos, por ser cómplices perfectas, amigas y amantes, por entregarlo todo a cambio de muy poco, de seguir ahí, tan incondicionales, tan maternas y básicas, tan protectoras tan ángeles y demonios a la vez.

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Mujer, una palabra basta para avivarnos y una para matarnos, una sonrisa basta para iluminar el día, una lagrima para oscurecernos y las lagrimas son contagiosas, hasta eso pueden, enseñarnos a llorar y levantarnos con una caricia o dejarnos ahogar.

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De mujer nací  y creo no haber amado tanto a una mujer como amo a mi madre, así me haya dado fuete  en el culo cuando pequeño, a pulso me corrigió, a chancletazo cuando hacía falta me levanto y no me duele, le quede bonito y le salí buen muchacho, para el amor de verdad, no hay como la mamá de uno.

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Y de amores mejor no hablar, creo que conozco más mujeres que hombres, en principio porque me da pereza conocer a un tipo, ya sabes de que te van a hablar, en cambio una mujer, un mujer es como un jeroglífico por descubrir, conocer a una mujer es  un imposible que vale la pena intentar una y para terminar más enredado que antes.

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Viví con cinco mujeres mientras estudiaba, me enseñaron a no mojar el biscocho cuando orinaba, era aprender a disparar con tino o aprender a miar sentado, las mujeres terminan cambiándolo a uno, sin necesidad de que lo digan, uno se acostumbra a mentir, una mirada basta y nos amaestramos facilito, o bueno eso intentamos.

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El misterio con las mujeres radica en que ellas siempre harán lo que quieran y fingirán que hacen lo que uno quiere, todo es cuestión de querer, les basta con eso, con sentirse queridas, con sentir amor, con sentirse adoradas, respetadas, deseadas, no solo por el don que atesoran entre las piernas  si no por el conjunto que las adorna por dentro y por fuera .

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Algún día dejaran de ser objeto, cuando dejen de pretenderse serlo, ojala nada les bastara.

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Las libertades que tanto profesan se pierden cuando dicen encontrar el amor y lloran y se castigan, y se aferran a ilusiones cuando ya no hay vuelta de hoja, las verdaderas libertades y el verdadero amor llegara cuando aprendan a quererse un poquito más y dejar de vivir a través de insignificante un hombre. Aunque el amor no lo es todo alivia y lastima.

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Simplemente felices días por el resto de sus días.