Hacelo por mí.

De manera atrevida y casi suicida he terminado firmando “no hay nada más rico que hacérselo rico a una mujer”, algunas, dibujan una sonrisa complaciente marcando huequitos a lado y lado de los cachetes mientras revuelcan recuerdos buscando ese momento que me sustente y asienten, otras tantas enojadas, tragan en seco, añorando que el pendejo que se las come pase por mi blog a leerme. 

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Resulta fácil decirlo, ¿pero realmente es tan fácil hacerlo? he creído que para hacerlo rico lo que hay que hacer es olvidarse de todo y empezar de cero, cada mujer funciona de manera distinta al roce, al toque, a la palabra cachonda al oído en el momento justo, al dedo furtivo que se desliza, cada mujer debe ser bien comida de manera distinta cada vez, así sea el mismo pendejo quien lo haga.

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Lo primero a tener en cuenta para hacerlo bien es dejar los complejos afuera y empezar a ganar puntos; si su pito es pequeño, póngale un moñito y dígale a su pareja que es chiquito pero con mucho cariño. Córtese los pelos de más, terminar la noche tosiendo con un pelillo atravesado después de una mamada es imperdonable, báñese bien cada rincón, quítese lo que sobra de cada orificio, revise orejas, ombligo, entrepierna, culo… huela rico, no saben cómo le importa eso a una mujer.

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Dónde sea que le quiera robar los calzones a esa niña, lo más importante es hacerla sentir segura, puede ser un potrero y aunque los dos saben en que acabara todo, dese la puta oportunidad de sorprenderla, no todo es meter y sacar. Sí, nos encantan las tetas, pero aguante, a una mujer primero se le entra por las orejas, antes que por las piernas,susúrrele, cuéntele despacito que le va a hacer y hágaselo, no la deje a medias, sea varón y cumpla.

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Siempre es bueno ir bajando y descubriendo despacio… una mujer siente más un ronroneo en el cuello que una palmada en el culo, róbele los labios, le marcaran el ritmo; he dejado de bailar por falta de ritmo en mitad de una canción pero nunca he dejado de hacerlo en mitad de una cogida.

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Róbele los besos, quédese encantado en su mentón y baje mientras sube la respiración, no chupe las tetas desesperadamente, después se terminara de criar. Bese despacio en el espacio entre las dos y empiece a deslizarse por entre ellas hasta encontrar el ombligo, tome la espalda de ella y con una mano desabroche el sujetador.. ¿No sabe cómo? Practique sin perder los sentidos, puede intentarlo mucho quizá al final ella te dirá… 

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- Se suelta al frente.

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Deje que las manos de ella hagan lo que quieran, toquen donde quieran y no le prohíba nada, déjela sentirse cómoda con la ropa interior para el final, para que su boca la sorprenda más allá de los besos y no se le ocurra hurgar con sus asquerosos dedos, todavía. Use su lengua, recórrala suavemente entre sus piernas, como lamiendo miel, no deje de mirarla, lama con paciencia y sin babosear, use sus manos en sus senos (los de ella) use su cuerpo (el suyo) como trampa y por dios, no deje de usar la imaginación.

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Acomódese como ella prefiera, su cuerpo (el de ella) lo guiara, aprenda a leer los gestos, las respiraciones los gemidos, si lo está haciendo bien ella no necesitara fingir. Muévase a su ritmo, cuide su respiración, sáqueselo, métaselo, recórrala con su pito, juegue con ella, siga respirando, no se alebreste, ella es la que manda, escúchela mucho y no pregunte si ya se va a venir. 

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Al final tanto como si fueran unos minutos o si fueran muchos, lo que menos importa es usted, su final es predecible, el de ella debe ser inolvidable y dejarlo sin aliento, quédese junto a ella abrácela, quiéreme, quiéreme y ni por el carajo se duerma, bésela y siga susurrando sin caer en frases de cajón...bueno empaláguela, a estas alturas sus piernas (las de ella) estaran tan cansadas que no querra irse.

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 No hay nada más rico que hacérselo rico a una mujer