En pelotas

Si tuviese un pito de medio metro, probablemente me golpearía la cabeza  y me desmayaría cada vez que tuviese una erección. Estaría ahí tirado, sin sangre en mi, toda en mi pito, desparramado  por el piso, la chica que quisiera jinetearme tendría que improvisar algún show de tubo, no podría verlo y eso no sería divertido.

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Muchos tipos traen tatuado un  quilombo existencial con el asunto del pito, como si hiciera falta joderce en  la vida por ese pedazo de más que tanto ansían, cinco centímetros más y seria un rey, cinco centímetros menos y serias una reina, así les toco y por más que se la jalen no va a crecer y saben, no hace falta, por que el asunto no es meterlo todo, sino meterlo bien, así algo  quede por fuera.

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¿Cuál es lío con las mujeres?…umm, ¿las tetas? ¿el culo? Dicen que las tetas se pueden mandar a hacer, pero que el culo se tiene que ganar a diario y aplica tanto para ellas como para uno, ellas para tenerlo bonito enfundado en un jean y nosotros para poder tener el de ellas en nuestras manos sin jean.

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Nos moldearon pudorosos, nos embardunaron de moral y se cagaron en nuestra intimidad, por poco y nos corrompen con su falso decoro.

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Complejos,  en el fondo el problema es el mismo de parte y parte, el puto complejo de vernos desnudos y dejar que nos vean, que nos toquen, que  nos midan palmo a palmo y nos respeten cada poro, el tonto miedo a perder el miedo en manos ajenas, para terminar cayendo en  la cuenta de que a veces esas manos subversivas nos pueden conocer más que las propias…

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¿Eso nos espanta?

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Desearía pasar otras ocho horas desnudo diariamente.

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Y pretenden ir por ahí camuflando la desnudez, en cualquier trapo  mientras inventan pañitos para el ego  cada mañana, sumimos la barriga en el espejo del baño  cada vez, sacamos la nalguita al caminar para que se vea redondita, asfixian las pobres tetas entre alambras para  que se levanten y el  estúpido lugar común en algunos de rascarse las bolas y acomodarse el paquete cada dos segundos para constatar que sigue ahí.
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Debe ser de los pocos pájaros que por cuidar los huevos no vuela.

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Me gustan las mujeres que pierden los miedos junto con los calzones, las que sonríen mientras estos se deslizan rodillas abajo, las que se muerden los labios cuando frente a ellas y de rodillas ajustamos nuestros dedos a cada lado de su cintura para descubrirlas descubiertas, me gustan esas mujeres que se atreven a desnudar mientras van perdiendo el jodido complejo de dejarse hacer.

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No se trata de perder la ropa por que si, no es el cuerpo lo que importa si no lo que logras hacer con él cuando la ropa estorba.

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Yo nací en pelotas y cada vez que puedo trato de quedarme así, tanto sin ropa como sin miedo, tanto sin complejos como sin vergüenza ya que la desnudez debe ser la exposición de un cuerpo a la luz sin ningún tipo de fantasma.