Mujer & Cotidianidad

Es para nosotros un placer sospechosísimo haber sido invitados como hombres a hablar sobre la mujer a las mujeres; por un grupo autodenominado de mujeres… sin embargo, los grupos de hombres no necesitan decir que son masculinos, si en ellos hay mujeres, lo mismo da, porque nunca participaran aunque siempre están, como siempre están…marginadas, calladas, decoradas, caspiroleteadas, ausentes, autoexcluidas.

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Desde aquí obvia, lógica y consecuentemente percibimos, todo tipo de olores artificiales pachulescos, en combinación de clase, con aromas importados como la ideología pro feminista que los alumbra.

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Y no hace falta ningún esfuerzo visual para que percibamos la moda femenina. Una de las más grandes taras adquiridas en la carrera desesperada para ser como se debe ser “mujer”.

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En este momento algunos ojos perdidos tras unas pestañas postizas llenas de rímel, unas cejas depiladas y vueltas a pintar, unos parpados delineados y en sombrados nos están mirando fastidiados.

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Vemos cabelleras teñidas ,desteñidas y reteñidas...pobres pelos enchampusados, enrizados, embalsamados, anticaspados, rebrillados, desgrasados, desecados, deshorquillados, encrespados, enlisados, enrulados, permanenteados, vitaminizados, enhierbados, petrolizados, enhuevados, enlacados y resecados.

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Químicamente perfectos y físicamente vueltos mierda...en este momento sólo queda recurrir a la peluca.

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También vemos rostros disgustados tras veinte capas de cremas limpiadoras, humectantes, rejuvenecedoras, bronceadoras, borra manchas, borra pecas , quita arrugas, esconde barros, anti espinillas, con bases de todas las letras, bigotes afeitados y depilados, patas de gallina camufladas...en fin máscaras que pretenden ser caras.

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Labios pintados, repintados y brillados con colores y sabores a frutas que embardunan todo a su paso e impiden la salida de palabras liberadoras.

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Y eso que no queremos hablar de dietas, los masajes, los rodillos, las fajas, los brasieres y demás elementos de tortura que se aplican cotidianamente.

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A cotidianonegar vinimos y cotidianonegando estamos.
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Adoradas, bellas, hermosas, seductoras, atractivas, sensuales, coquetas, lindas y nunca bien ponderadas mujeres…

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No se puede hablar de liberación mientras sigan con la cabeza de y para adorno.

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No se puede dejar de ser objeto, mientras se vive todo el día y al noche haciéndose objeto.

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Estamos aquí y ahora ante ustedes, con ustedes y contra ustedes. Vamos a cotidianonegar negándoles su cotidianidad: alienada, alienadora, alienanda, alienizante, alienista...mediocre, mediocrizante...repetitiva, repetidora, repetizante, requerepetida...

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Cotidianidad enanejante, enanejada, ananejadora, enanejizante...que se vive y se sigue viviendo.

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Todas saben como hay que comer, dormir, amar, cagar, mear, estudiar, aprender, querer, odiar, pelear...despertarse, telenovelizarse, consumir, presumir, protestar, disentir, jugar, hablar, escribir, oír, ver, sentir, copular, eructar, reír, bostezar, morir...y repetir....

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Toca ir a misa, a la escuela, al hospital, a la tienda, a fiestas, a grados, a entierros, a cine, al teatro, al colegio...a cumpleaños, matrimonios, bautismos, confirmaciones, velorios, extremaunciones, primeras comuniones...a la universidad, al santo, al trabajo a la oficina, al banco, a confesarse, a vacaciones a votar, a visitas...a repetir.
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Y el loco dice: Mi cuento, el de mi papá y el de mis hermanos es el mismo cuento de mi mamá; pobrecita, vivía todo el día: ponga aquí, ponga allá, ponga acá…haga así, haga asá…mire allí, mire acá… coma así, no coma asá…vaya allá, no venga aquí…pobrecita…sea así, no sea asá…vístase así, vístase asá…diga esto, no diga aquello…estudie así, viva así, viva asá…pobrecita, como se preocupaba por mi; la sigo queriendo, pero he intentado matarla…es que…así son las cosas de la vida.

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Hay que ser buena, cortés, hipócrita, rica, diplomática, mentirosa, chismosa, bonita, elegante, limpia, inteligente, exitosa, mermada, callada, pacifica, obediente, pulcra, respetuosa...monogámica, monopolista, monotemática, monolitica...arribista, asexuada, ahistorica, aplastada, apriori, automóvil, automática, avioneta, apolítica, alfabeta, alcista, amable, amorosa, autista, avara, aparentadora, apéndice, apologista, acrítica...acribillada y la moda.
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Y siguen de rodillas, con las manos dando golpes en el pecho. Agachada la cerviz, suplicando, orando, mendigando a las imágenes hebreas, alemanas, europeas, asiáticas, chinas, soviéticas, usas. Repitiendo siempre las mismas plegarias, citas, consignas, frases de cajón…fórmulas, dogmas, leyes…
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Haciendo siempre los mismos votos por el cambio, abstracto, teórico, fenoménico, social, epistemológico, lingüistico, sexual…Y siguen de rodillasY siguen con las manos dando golpes de pecho. Y siguen con la cerviz agachadaY sigue la vida...
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En la oscuridad pegajosa de una matriz femenina, avanzan moviendo la cola millones de espermatozoides, cada ve son menos, uno solo logra penetrar la membrana del óvulo, los demás mueren sin pena y sin gloria. El que entro muere viviendo, se duplica, triplica, cuadruplica y multiplica, se anida…
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¡Oh maldición vas a ser mujer...la madre ni el padre saben lo que vas a ser...pero siguen anhelando, deseando, queriendo un macho, un hijo varón. Mientras, la madre vomita, rebota, crece su abdomen; el proceso irreversible continúa, el feto ya no es un embrión; crece y crece con la determinación sexual, dada por el padre y por la sangre de la madre. Cuanto más se acerca el nacimiento, más se afinca la esperanza del hijo hombre, solo pensar que va a ser mujer produce silencio, angustia, miedo; ni siquiera se nombra.

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Tendrá el mismo nombre del padre, abuelo o el de un héroe masculino; la ropa ya está comprada y lista; los juguetes masculinos ya están listos; su futuro ya está prefabricado; su destino es ser lo que su padre quiso y no pudo ser.
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Aumentan las molestias en el último mes, la madre se desespera, quiere terminar rápido y sigue trabajando como siempre…empiezan las contracciones cada vez más fuertes, cada vez más frecuentes, los minutos se vuelven siglos, el doctor hace gemir y llorar, el cuello del útero se dilata para abrir paso al mundo, brota la sangre y el agua; la nueva cabeza lucha por encontrar el camino, el dolor aumenta, el medico o la comadrona alejan al padre. Puje , puje más duro…sosténganlo…otra vez…ya sale…ya viene…otra vez sosténganlo…ya…ya salió. La madre embrutecida, obnubilada obedece sin saber porqué; las manos del partero cogen la cabeza, la mueven, sale un hombro, el otro, el cuerpo, el ombligo con su cordón, los pies y más cordón…

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Entre un revuelto de sangre, agua, aullidos, orines, mierda, gritos, dolor, membranas, moco...ya nació. A la madre le queda el dolor. A la hija la primera agresión que se le hace es cortarle el cordón, tiene que respirar y lo primero que hace es gritar.
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Es una niña qué desilusión. Tanto trabajo, tanto dolor, tantas esperanzas qué desilusión. El padre se pondrá furioso, las rechazara a las dos y hay que conformarse, qué desilusión.

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Nació una nueva excluida, una nueva marginada, una cosa más, un ser para utilizar y explotar. Comienza la endoculturación es decir, la domesticación; como es mujer, debe ser como las mujeres, frágil fina, delicada, femenina, vanidosa...su madre le sirve de ejemplo...luego las muñecas para que aprenda, la escoba para que aprenda, las peinillas , espejos, coloretes y cosméticos para que aprenda. Todo lo que va a hacer como las mujeres... lo demás, ustedes ya lo saben por que las hicieron mujeres para que aprendan. Luego los colegios y universidades con carreras femeninas para que aprendan, las pocas que tienen dinero con que aprender.
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El loco dice: hay que desaprender lo aprendido para poder aprender lo que nunca te dejaron y necesitas aprender.
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Hasta aquí hemos llegado y esperamos a sus cerebros no haber esforzado.
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Esperamos que el discurso les haya disgustado, fastidiado, incomodado y golpeado y cotidianonegado.

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Todos nuestros discursos eso buscan y eso están acostumbrados.

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Las liberaciones no se importan, ni se venden ni se conceden, ni se compran ni se decretan, ni se copian...se hacen para nosotros y para ustedes.
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Se deben hacer dentro de una perspectiva cotidiana y latinoamericana.
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Negando la cotidianidad y reivindicando hasta la muerte nuestra latinoamericanidad.
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Discurso pronunciado, discutido, criticado ante un auditorio femenino, como cosa rara activo, por invitación del “grupo femenino 8 de marzo" en CENCAP, una lluviosa tarde del mes de Mayo de 1981. En la muy "noble y leal" ciudad de Tunja.
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Tunja Boyacá, Colombia
Abel Martínez & Alfonso Herrera