En buenas manos

Creo que empezó a gustarnos desde antes de hacerlo por primera vez, o esa vaina viene con uno y si el asunto es compartido mucho mejor, creo que las ganas matan la pena y no dudamos en algún momento en pedirlo, nos encanta que las mujeres se hagan una buena paja frente a nosotros.

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Mi chica me enseño a pedirlo por teléfono,sentir su voz al otro lado, sus gemidos, su respiración agitada, a imaginármela a kilómetros de distancia medio cubierta y tirada en la cama tocándose a su ritmo, ella dice que lo hace boca abajo sobre su mano, cosas de niñas imagino.

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No imagino a una mujer que al menos por accidente no haya rozado su entrepierna y piense…huy que rico, venga de nuevo. Pero imagino la cara desprevenida de algunas inocentes en pleno momento de calentura reprimida que les hayan dicho, tócate para mí y la pobre haya dicho no porque es pecado, mientras se mueren de curiosidad.

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El 70 % de las mujeres acepta que lo ha hecho y el otro 30% miente y no entiendo porque, definitivamente las mujeres que se hacen la paja la pasan más rico que las que dicen que no, no porque nosotros no sirvamos para un carajo, más bien porque con el tiempo han aprendido a conocer su cuerpo, a tocarse justo donde les gusta, y obviamente lo pueden decir.

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Gracias a la paja muchas mujeres nos marcan el camino y evitamos bochornosos y ridículos momentos pidiendo disculpas innecesarias.

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Entre sabanas, de noche, en la mañana, en la ducha, calientes o con frio, viendo porno en el computador (si, también lo hacen) cuando acaban de conocer a alguien , cuando intentan olvidar a alguien. Sano, seguro y al alcance de la mano, bendita entre todas las mujeres suavemente baja tu mano.

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Se trata de darse placer así mismo, y de paso y si se puede calentar al otro, mejor, aunque la mejor paja es en solitario de vez en cuando lo exhibicionista que todos llevamos dentro sale a decir quiero verte, quiero mostrarte. El principio de la satisfacción de la ley de Calo reza que para complacer a alguien hay que complacerse a uno mismo también.

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Lo sé soy un cerdo egoísta.

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Al comienzo decía que eso viene con uno, no creo que algún hombre haya tomado un curso de cómo pajearce, o se lo halla jalado de lado; creo que seguimos siendo muy básicos y venimos programados, somos manuales, tecnología obsoleta. Las mujeres no, las mujeres necesitan probar, explorar ,tentar, reptar, comparar, oler, probar, tecnología de punta, las mujeres son digitales, se masturban con los deditos, en principio.

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Algunas niñas aún sabiendo que la vivimos cagando, en muchos sentidos son tan incautas que terminan creyendo todo lo que decimos y por ende, terminan metiéndose los dedos hasta lo más profundo del abismo rocalloso, estimulándose desde adentro… el obligo. Si, les da cosquillitas pero no las que se necesitan en una cama.

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Imaginen la escena, entren a una habitación, la de su novia, normal, la de su cuñada, interesante, la de su hermana, inquietante, la de su abuelita…bueno ese es el punto, abran la puerta y ella (selección a su gusto) está con las piernas abiertas de par en par tocándose con una mano y con la otra sosteniendo un espejo y la cabeza en posición de pellizco a las carótidas con gemido ahogado.

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¿Qué hacer?

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Sea el caso que fuere la curiosidad de las mujeres es una vaina que sigo sin entender, por lo tanto difícil de formular la pregunta adecuada. Ahora mujeres, imaginen la situación inversa, son ustedes las que abren la puerta.

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¿Qué hacer?

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Ok lo sé, son más nerviosas y les parece asqueroso, todo lo que podamos decir en nuestra defensa…es pura paja.

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Y luego dicen que el mundo es machista.