Una chica entra a un sex-shop y pide un vibrador de 15 centímetros, el vendedor muy amable le dice:
- Por que no llevas este de 20 es más grande y le puede gustar más
Ella lo mira y dice con una sonrisa curiosa, -bueno, empáquelo lo llevo.
Otra mujer llega a la misma tienda y pide un vibrador de 12 centímetros, el vendedor muy amable le dice
- Deveria llevar este de 20 es más grande y placentero
Ella lo mira y dice: - no, véndame uno de 12, porque yo sé que es lo que necesito y que es lo que complace a mi cuerpo realmente, no usted.
¿Y dicen que el tamaño no importa? Si importa, pero he visto mujeres venirse primero con la lengua que con el pito.
Dicen que la media funciona así, hasta 10 centímetros en erección es un hobbit, de 11 a 17 esta bien para mear en publico, de 17 a veintitantos es grande y los calzones me apretan y más de veintitantos es una leyenda casi tan relativa a creer que el tamaño de las manos o de los pies es proporcional al pito, de ser así, andaríamos con las uñas largas y zapatos de payaso para ganar medidas sobre el fundillo.
Me gusta mi pito, su tamaño, su forma, está bien entrenado y se porta bien, si me jodiera por querer un poco más me traumaría y cargar con un complejo es muy aburrido, además, es lo que hay y por más que me lo jale no va a crecer más, entonces, mejor lo quiero, lo consiento mucho, lo alimento bien, lo educo y le hablo.
Porque el pito es como ese mejor amigo que de veras salva cuando lo necesitas, sólo basta con enseñarle a escuchar y quien se sienta incomodo con su pito, andara desnudándose con miedo y tener miedo en la cama es una mierda.
Normalmente los tipos podríamos perder más el tiempo pensando en el tamaño del invertebrado que en lo que se puede hacer con él, un gran pito en el imaginario colectivo representa el poder entre las piernas de saber qué aunque seas un pésimo amante te recordaran por lo que doliste. Ese poder tiende a que importe más el daño que la imaginación.
El tamaño del pene en un hombre es quizá tan relativo a las mujeres y a qué tan preocupadas esten con respecto al tamaño de sus tetas o a lo redondo de su culo y nos vamos llenando de traumas que no nos dejan disfrutar de nuestros cuerpos, ni de nuestra sexualidad compartida, ni nuestro autoerotismo y nos cabreamos y nos jodemos.
Y es aquí donde entra la ley de equivalencia universal…porque así como hay mujeres que prefieren un barco grande a el movimiento de las olas, las hay quienes prefieren su pedacito suyo de ellas y de nadie más en el momento justo, y justo como su cuerpito lo requiere sin atragantarse.
Así como hay hombres que se quedaran anhelando la redondez de un durazno en el culo de su novia y se olvidan de disfrutar del culito japonés que les toco y se lo hace rico, están los tipos que las prefieren tetonas y estamos los que las preferimos de tetitas justas, La cuestión es de gustos y de romper mitos y empezar a encajar con aquello que realmente necesitamos y nos complace.
- Por que no llevas este de 20 es más grande y le puede gustar más
Ella lo mira y dice con una sonrisa curiosa, -bueno, empáquelo lo llevo.
Otra mujer llega a la misma tienda y pide un vibrador de 12 centímetros, el vendedor muy amable le dice
- Deveria llevar este de 20 es más grande y placentero
Ella lo mira y dice: - no, véndame uno de 12, porque yo sé que es lo que necesito y que es lo que complace a mi cuerpo realmente, no usted.
¿Y dicen que el tamaño no importa? Si importa, pero he visto mujeres venirse primero con la lengua que con el pito.
Dicen que la media funciona así, hasta 10 centímetros en erección es un hobbit, de 11 a 17 esta bien para mear en publico, de 17 a veintitantos es grande y los calzones me apretan y más de veintitantos es una leyenda casi tan relativa a creer que el tamaño de las manos o de los pies es proporcional al pito, de ser así, andaríamos con las uñas largas y zapatos de payaso para ganar medidas sobre el fundillo.
Me gusta mi pito, su tamaño, su forma, está bien entrenado y se porta bien, si me jodiera por querer un poco más me traumaría y cargar con un complejo es muy aburrido, además, es lo que hay y por más que me lo jale no va a crecer más, entonces, mejor lo quiero, lo consiento mucho, lo alimento bien, lo educo y le hablo.
Porque el pito es como ese mejor amigo que de veras salva cuando lo necesitas, sólo basta con enseñarle a escuchar y quien se sienta incomodo con su pito, andara desnudándose con miedo y tener miedo en la cama es una mierda.
Normalmente los tipos podríamos perder más el tiempo pensando en el tamaño del invertebrado que en lo que se puede hacer con él, un gran pito en el imaginario colectivo representa el poder entre las piernas de saber qué aunque seas un pésimo amante te recordaran por lo que doliste. Ese poder tiende a que importe más el daño que la imaginación.
El tamaño del pene en un hombre es quizá tan relativo a las mujeres y a qué tan preocupadas esten con respecto al tamaño de sus tetas o a lo redondo de su culo y nos vamos llenando de traumas que no nos dejan disfrutar de nuestros cuerpos, ni de nuestra sexualidad compartida, ni nuestro autoerotismo y nos cabreamos y nos jodemos.
Y es aquí donde entra la ley de equivalencia universal…porque así como hay mujeres que prefieren un barco grande a el movimiento de las olas, las hay quienes prefieren su pedacito suyo de ellas y de nadie más en el momento justo, y justo como su cuerpito lo requiere sin atragantarse.
Así como hay hombres que se quedaran anhelando la redondez de un durazno en el culo de su novia y se olvidan de disfrutar del culito japonés que les toco y se lo hace rico, están los tipos que las prefieren tetonas y estamos los que las preferimos de tetitas justas, La cuestión es de gustos y de romper mitos y empezar a encajar con aquello que realmente necesitamos y nos complace.