Una mujer puede olvidar muchas cosas, puede olvidar cuando perdió la virginidad y por más que la busque ya no la volverá a encontrar, pero, es que donde la vienen a poner dirán algunas. Puede olvidar con el tiempo cuantos años tiene, puede olvidar a su primer amor, el tonto amor de cuando tenían 8 años, puede olvidar lo que sea, pero nunca olvidaran a un cerdo que las haga sufrir.
Él: Cinco centímetros más y sería un rey...
Ella: Cinco centímetros menos y serías una reina
Toda mujer por obligación, por fuerza de la naturaleza, por una razón inexplicable, por tontas o enamoradas el caso es el mismo, ha tenido una o varias experiencia con un patan con un imbécil que las trata como trapeador, con un tipito que no hace más que usarlas, maltratarlas, dejarlas y volver a usarlas para maltratarlas, dejarlas y volver.
El: ¿Por qué nunca me dices cuando tienes un orgasmo?
Ella: Lo haría pero nunca estás ahí.
He de confesar que los hombres no somos tan maravillosos como creen (…) y a veces podemos llagara a ser un poco imbéciles, pero sólo un poco. A veces podemos ser un cochecito de supermercado y otras tantas podemos ser camiones que pasan sobre sus vidas destrozándolo todo.
El: ¿Amor por qué no me dijiste que eras virgen?
Ella: ¿Amor por qué no me dijiste que eras tonto? me hubieras dejado quitar el pantimedia primero.
Hombres y mujeres tenemos una extraña tendencia a sufrir, y nos buscamos las peores compañías para que duela, la diferencia es que un hombre obtiene lo que quiere y olvida o no obtiene nada y lo olvida. Una mujer nunca olvida, por que casualmente al tipo a quien le dio todo fue quien le volvió mierda el corazón. En muchos casos conocer a una mujer así obliga a rehabilitarla.
Élla: ¿Ensayamos una posición diferente esta noche?
El : Buena idea; tu te paras al lado de la mesa de planchar y yo me siento en el sofá a ver televisión.
Una mujer puede olvidar muchas cosas, pero nunca olvidara al animal que las hizo llorar y por quién aún lloran, nunca olvidaran a ese tipo que las arrollo, por el que juraron no volver a enamorase, por el que juraron no volver a llorar, snifff…
Escrito en la pared del baño de hombres:
"Mi mujer me sigue a todas partes"
Abajo: "No es cierto, no lo hago"
He conocido mujeres que lloran cuando finalmente el cerdo las deja, y le ruegan que por favor no las abandone y lloran por que extrañaran sus malas palabras, sus golpes sin razón, su sexo aguado y su tibia pasión, He conocido mujeres que arruinan su vida por negarse a olvidar y sobre todo a entender que el pasado pasado.
No todo es para siempre y la vida debe continuar.
Moraleja Final
- Doctor, tengo el siguiente problema: cuando hago el amor con mi mujer, me da la impresión de que no siente nada. Algunas veces incluso se duerme... ¡figúrese!
- Eso tiene una explicación científica. Algunas mujeres cuando se excitan se acaloran tanto, que les es imposible sentir nada. Trate de hacerle el amor y abanicarla al mismo tiempo.
- ¡Gracias, Doctor!
Y esa noche así lo hizo, pero cuando atendía al abanico, no atendía a lo otro. Así que contrató a un negro para que la abanicase, mientras él le hacía el amor.
- Dale, negro. ¡Abaníca! ¿Sientes algo ahora, mi amor?
- No, nada.
- ¡Más fuerte, negro! ¡Carajo! ¿Y ahora, mami?
- Nada, nada...
- A ver, negro. Dame para acá el abanico y tu dale a ella.
El negro se pone encima de la mujer y empieza con lo suyo, mientras el marido la abanicaba.
- ¿Y ahora, cariño, sientes algo?
- ¡¡¡Siiii... ahora siii... ahhhh... AHHHH...!
- ¿Ves, negro? ¡Así se abanica!
Cuando algo no funciona, se reemplaza y se olvida.
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