En la piel quedan más que arañazos y el sudor que sazona el dolor con un toque de placer, en la piel queda más que manos de distintas dueñas y marcas de cada cama en la espalda, en la piel quedan mapas trazados con la punta de la lengua que nacen en la boca y se deslizan hasta la entrepierna perezosa de seguir bajando, Pero lo intentamos.
En la piel quedan huellas de amores presentes y pasados y espacios para amores futuros, en la piel se atraganta el deseo por salir corriendo a contarle al mundo que anoche me robe tus calzones y los use como bandera de conquista, clandestino metiendo aquí adentro lo que quedaba afuera, en mi piel quedas vos y no te borras, en tu piel quedo yo para quedarme a dormir y cubrirme contigo.
En la piel empezamos por acostumbrarnos al roce, a la suavidad de sus pelitos frotándose como lámpara que concede deseos, amañados a su olor, a su sabor y su ausencia a la cual nunca terminamos de aceptar, en la piel nos quedan tatuadas sus manos aferradas sin ganas de dejarnos ir o con las ganas de mandarlo todo a la mierda, porque en la piel se desliza más fácil la tristeza en forma de lágrimas sin poder evitarlo.
Vas brincando de cama en cama y pasando de mano en mano arrastrando fantasmas que a veces aunque quieras olvidar te siguen, no te sueltan porque cada lugar resulta un almacén de recuerdos y tu piel se eriza, ves tu mano y no está la de ella, ¿qué tan malo puede ser, qué tan bueno puede ser? Hay que seguir, cuando el amor se daña siempre es mejor cambiarlo en vez de repararlo dice un hediondo merengue.
Al pasado, pasado dicen, como si fuera tan fácil no dejar en pieles ajenas marcas casi imborrables, que quieren ser repisadas, retocadas y repasadas, la costumbre de repetir una buena encamada ,un beso que diga te quiero en silencio y quiero más un poco más de tu piel, aunque sea una vez, una primera última vez. Ojala pudiéramos saber cuándo haremos el amor antes de hacernos fantasmas, antes de matar al amor.
Las mujeres no pueden vivir con eso, les jode hasta el alma que un recuerdo del pasado se les aparezca y les desordene a su macho. Es mi ex decimos con suficiencia, pretendiendo que no pasa nada, pero las mujeres no son pendejas y saben que si pasa “nada” el que crea que las mujeres no son explosivas que deje caer una.
El exorcismo es la búsqueda y consuelo de no volver sobre los mismos pasos, pretendemos que quien dibuja cada noche sobre nuestra piel lo crea y buscamos creerlo, porque el amor, sus fantasmas y los celos como el agua del río y hay que dejarlos correr. Mierda, los hombres tampoco podemos con eso, ni con el puto pasado que quiere volver ni con el futuro que pretende quedarse.
Pero lo intentamos.