Telarañas

Hace algún tiempo, una amiga planteaba una hipótesis bastante curiosa con respecto a compartir el resto de su vida con el mismo tipo, levantarse junto al mismo, junto al mismo acostarse y se lo pedían, sobre el mismo y  bajo el mismo, de ladito o como se le diera la gana a él… Después de una relación de más de tres años y faltando un mes para ser desposada lo mando al carajo por qué no se lo hacía rico.

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Primer planteamiento.

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El tipo con el que te cases tendrá dos de tres dones, el primero y para al caso de las sabanas que noche tras noche serán revolcadas, el tipo a elegir debe saber hacerlo rico, vale poco lo grande o lo pequeño de su verga, lo más importante es que lo sepa mover, el segundo don por aquello de la seguridad, el tipo debe traer plata a la casa y el tercero por aquello de la convivencia el tipo debe ser comprensivo/ sensible.

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Primera ecuación.

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Si el tipo es comprensivo/ sensible y lo hace rico, no tiene plata

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Segunda ecuación.

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Si el tipo lo hace rico y tiene plata, no podrá ser  comprensivo/ sensible

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Tercera ecuación.

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Si el tipo es comprensivo/ sensible y tiene plata no lo sabrá hacer rico

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Mierda no hay tipos perfectos, decía, pero quien pretenda esperarlo, se le llenaran de telarañas la cosa.
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Segundo planteamiento.

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¿Por qué las mujeres siguen buscando un tipo con plata, que escasamente las toque? a pesar de tenerlas adornadas todo el día, porque eso son, un adorno más de la casa, no consiguieron una mujer, consiguieron otra tabla para la cama, ¿por qué a los tipos con plata les importa tan poco tratar bien a una mujer y hacérselo rico?

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Respuesta: Porque tienen plata, después de eso lo demás vale poco, como algunas mujeres, si te gusta así bueno,  si no, te  jodes, se compran otra porque sabes, a veces las mujeres salen tan ligeras que te conseguís dos al precio de una y después de que se te han comido la juventud, vos vales mierda.
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Tercer planteamiento.

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Con el tiempo a la mujer empieza a pasarle factura la gravedad, las tetas, antes duritas y redonditas empiezan buscar cuna en el ombligo, el culo se empieza a mutar en un conato de panza  y el rostro un laberinto de caminos trazados para no olvidarse el recorrido de la casa, donde mata sus días. A ellos no, los tipos  a la  misma edad, se compran unos lentes oscuros, una Harley  una caja de viagra y se van donde las putas.

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Reflexión final.

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Una mujer hacendosa, ni tan sumisa, ni tan alevosa ,como les enseñaron que debían ser, puede  cargar con el tipo, con los hijos, con la casa, el mercado, la suegra, aguantarse a los comemierda de los amigos del tipo que quieren meterle mano, con borracheras, peleas, hasta con una moza (si es la misma siempre) aguantar y aguantar mientras el tipo pueda cumplir con tres tareítas sencillas, trae plata a la casa, házmelo rico y que no se te olviden unas y miserables flores, chocolates o cualquier otra tontería en tres días de año, cumpleaños, aniversario y día de la madre.

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Y algunos putos no pueden con eso. Que se los folle un burro.

Uno

Uno empieza por aprender a mentir cuando la verdad no es suficiente, aprendemos a mentir un poco, cuando no sonamos convincentes, mentimos para no hacer daño y cuando hacemos daño, mentimos para que no duela tanto, al final pervertimos las palabras, hacemos de cada una, una puta barata, tan solo para darnos cuenta que por más que lo intentemos no lo hacemos tan bien y desde el comienzo habría sido mejor decir la verdad.

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Las mujeres  no tienen que mentir de más, una sola vez basta para darnos cuenta que lo hacen mejor.

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Uno empieza por desmenuzar cada palabra de ella, por memorizar cada fecha junto a ella o al menos intentarlo, uno empieza a pretenderse para ella el hombre que nunca tuvo, con el que siempre soñó, el que esperaba y no llegaba, uno debe ser el mejor, el que a diario suma cosas buenas y hasta lo hace rico- nadie me había hecho sentir así- dicen,  uno puede hacer mil cosas bien, pero una sola cagada manda todo al carajo. Quein no crea que las mujeres son explosivas que deje caer una.

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En el fondo, no tan al fondo les encanta vernos rogando.

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Uno empieza a imaginarse curvas bajo las capas de tela que las cubren, a imaginarles dos montañas de nieve cubiertas con puntitas de chocolate, desnudamos sus tetas sin pudor y sin vergüenza sin que se den cuenta, sin que nos sientan y seguimos bajando, deslizándonos como una gota de agua sobre una hoja, acomodándonos en su ombligo, ilusionados del color de sus calzones, de la forma, de la silueta que toman y se dibujan alzando el culo al cielo, son pequeños, justo como me gustan, nos mordemos el  labio inferior, son bóxer justo como me encantan, cruzamos la lengua sobre el labio superior , no usas, justo como te necesito cuándo usas falda.

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Las miradas se cruzan, los colores se suben, nos han descubierto calientes y antojados, ¿cómo diablos saben cuando las desnudamos con la mirada?

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Uno empieza por ser paciente, por ser tierno y cuidadoso, por cuidar la plantita para que siga creciendo, por poner un beso en el momento correcto, una mano en la curvatura exacta y un suave apretón de su cintura junto a nuestro cierre y bajo el  endurecidos, esperando una señal que no llega y cuando llega todo puede pasar en un abrir y cerrar de piernas.

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- Siga papito, siga…ummm, sufra papito, sufra un poquito más, se repiten por dentro.

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Uno empieza por no perderse en los detalles, por juntar líneas imaginarias entre los lunares, en contarlos para canjearlos por besos, en descubrirle la piel a ella palmo a palmo para antojarse de cada rincón, no se tú, pero yo, he descubierto y plantado mi bandera en un pequeño lunar donde se funden los muslos y nace la flor que al suave rose se abre para adornar y embellecer la mujer que la posee.

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He de ser muy curioso o muy detallista ya que pueden nacer sin tetas, mas no sin ese lunar entre las piernas, ese lunar es el punto final que debes convertir en suspensivos.

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Uno debe aprende que cada mujer es un rompecabezas de trescientas mil piezas sin manual y sin modelo al que sólo con paciencia le darás la mejor forma.